lunes, 13 de abril de 2009

Introducción

11 de abril de 1824
Querido diario:
Por fin he comprendido como podría ser verdaderamente feliz. He comprendido porque tengo ese afán por las historias de vampiros y seres sobrenaturales… ¿por qué?- seria la pregunta más acertada, la respuesta – Por envidia. Por tener lo que yo más anhelo, lo que yo más deseo - ¿el qué? – El tiempo. El tiempo para conocer y ver todo, para sentir amor, felicidad, tristeza, desgracia… Para aprender todo lo que el mundo tiene oculto bajo su hermoso manto; para ver toda la belleza que esconde una canción, un libro, una flor, el viento, una roca incluso. Para ver como avanza la humanidad, como inventan cosas completamente distintas que nadie nunca se imaginó, como suceden los hechos de la historia del hombre que sin duda alguna es la historia más bella que habrá jamás. Tienen todo el tiempo que ellos elijan para conocer hasta el más escondido de los lugares, el que a nadie le interesa ni le importa porque puede llevar abandonado años, décadas, siglos incluso y por diversas razones nadie vuelve. Pueden amar, y no me refiero a ese amor de ahora, del que se dice “te quiero” o cualquiera porque queda bien o ese amor simple y exclusivamente carnal. Hablo del amor de verdad. De un amor sin prejuicios y sin interés, un verdadero amor, un amor limpio y puro cual arroyo de una montaña que baja por la ladera de esta sin contaminación, que sería el odio que ahora los seres humanos hacemos crecer como la zarza en nuestro jardín. Son bellos y no aman por ese hecho. Aman a cualquiera sea de su especie o no; sea hombre o mujer; sea anciano, adulto o incluso un niño recién nacido. Tienen toda la sabiduría de su existencia. Son nada y a la vez son todo, y aunque sé que estos seres no existen y que nunca van a existir por el mero hecho de que yo lo desee. Yo no soy nadie para que este hecho suceda, solo soy una simple mortal, humana como todos y yo no tendría que ser especial y que por mi cambiara el mundo tal como lo conocemos, pero me estoy adelantando a los hechos. A veces me pongo a soñar despierta, sueño que estos seres existen y que les pido que en mi vigésimo cumpleaños me convirtiera en uno de ellos, que me diera ese don que es la vida eterna y me lo da. Después, en mi sueño, estudio todas las materias conocidas por el hombre, todos los idiomas…todo. Descubro todas las maravillas que el mundo expone ante mí y me maravillo con las nuevas tecnologías, las nuevas formas de música, de literatura, de arte. Miro al mundo y por primera vez me siento viva. Lo malo, es dejar a todos mis seres queridos, a la gente que aprecio y siempre me ha ayudado, pero a pesar de eso vivo inmensamente feliz. El mundo es un misterio del que nos falta mucho por descubrir, demasiado tal vez, pero lo que tengo claro mas bien, transparente es que lo quiero conocer todo por muy insignificante que sea lo quiero conocer. Y algún día lo haré.

Me llamo Katherine Clare y quiero contaros mi historia. De cómo mi vida dio un cambio que resultaba imposible para mí. Pero esta es la prueba de que los sueños se pueden cumplir si lo deseas con toda tu alma.

Cuando mi cuerpo murió tenía la edad de veinte años, fueron unos años muy felices, rodeada de todo lo que una chica podía desear incluso más, había cosas que no necesitaba y que nunca usé pero al ser hija única mis padres me concedían cualquier capricho, cosa que luego aprendí no me era tan necesario como yo había estimado. Pero aunque mi cuerpo tenga la edad de una veinteañera en realidad tengo dos siglos de existencia.

Físicamente no parezco muy fuerte ni muy ágil pero la verdad es todo lo contrario. Puedo soportar el peso de dos camiones llenos e incluso más pero nunca he probado soportar más peso, ya que, nunca me ha hecho falta y no creo que me haga falta nunca, para seros sinceros. Respecto a mi agilidad, esa cualidad va un poco ligada a mi extremada, me permite sortear cualquier obstáculo cuando voy corriendo, supongo que la podré usar de otras maneras pero nunca me he dedicado a probar mis poderes. Pero la verdad es que la forma en la que corro me asustó hasta a mí el primer día que la probé. Fue algo mágico, sorprendente, inigualable, fue como volar. Corría a tal velocidad que apenas puse los pies en el suelo.

Pero hay cosas que no cambiaron en mí después del cambio. Sigo teniendo el pelo dorado, largo y ondulado, pero los ojos de un color miel han cambiado. No soy muy alta pero lo fui, ya que en la época en la que yo nací la gente era más baja que ahora. Lo que sí ha cambiado es mi tono de piel. Antes mi piel era morena y ahora es de una tez pálida, es algo que debería haber supuesto, pero la verdad el cambio no me molesta nada, la verdad que es con este tono de piel mis facciones resaltan mucho más.

Nací en el Londres del siglo XIX, exactamente el 19 de agosto de 1809. Pertenecía a una de las familias más prestigiosas de Londres. A pesar de todo, vivía en un mundo de fantasía, me enfrascaba en las historias sobrenaturales que eran mis favoritas aunque leía libros de todo tipo. Mis padres querían casarme, ya que las señoritas de ese tiempo más jóvenes que yo ya estaban casadas y con una familia. Yo nunca había sido de esa clase de chicas que soñaban formar una familia, hasta eso cambió pero me estoy adelantando a los hechos. El matrimonio para una mujer en ese tiempo era la forma de dejar atrás la poca libertad de la que gozábamos para convertimos en las esclavas de nuestros maridos. Esa es la razón por la que me negaba a tomar a ningún hombre por esposo. Si me casaba seria por el verdadero amor del que os he hablado anteriormente, solo por un amor tan poderoso yo habría dado todo pero no fue así por el mero hecho de que no encontré tal cosa en mi vida mortal. Mis pretendientes solo querían casarse con migo para heredar después el dinero y el titulo de mi familia, esa era otra de las razones por la que me negaba al matrimonio.

Pero de lo que realmente quiero hablaros antes de profundizar en mi historia, es el porqué de desear que las cosas sucedieran como lo hicieron y la verdad es que de muy pequeña he vivido sumergida en la curiosidad. Siempre me ha gustado explorar todo lo que me rodeaba, todo lo que veía y me parecía interesante, raro y desconocida. Siempre he querido saber el porqué de las cosas ¿Por qué el sol brilla durante el día y después se esconde dando paso a la oscuridad de la noche? ¿Por qué hay noches sin luna y otra que solo se ve una pequeña parte de esta? ¿Por qué hay personas altas y bajas, morenas y rubias, gordas y flacas? ¿Por qué las canciones y las poesías tienen algo que las hace tan bellas? Estas son algunas de las muchas preguntas que daban vueltas en mi cabeza a la temprana edad de cinco años.

La literatura fue mi mejor amiga durante toda mi vida mortal y mi existencia inmortal. Me enseño muchos de las maravillas que se escondían detrás de Londres, y quise recorrer todos esos lugares que describía. Quería pasear por el desierto de Egipto, navegar por el Nilo y explorar sus pirámides y secretos, su antigua lengua y escritura, y esas preciosas cámaras donde daban sepulcro a los faraones con todas sus riquezas, su hubiera cabido hubieran metido hasta el palacio donde vivían. También quise recorrer las calles de Roma donde los emperadores habían levantado ese gran impero por el mediterráneo alcanzando todos esos lugares construyendo en ellos los templos, coliseos, circos, acueductos y demás, y también enseñando el latín a todas las gentes. Me hubiera encantado ver todo ese esplendor del Imperio Romano.

Ahora os voy a empezar a contar mi historia desde unos días antes de mi transformación a vampira y muerte entre los que siempre he querido.

4 comentarios:

  1. Me gusta MUXO.. aunk se me parece un poco a la historia d Rosalie (quitando el querer ser vampira).
    Pero no creas.. me gusta.. sigue xk es MUY bueno!! Enhorabuena xD

    ResponderEliminar
  2. asias!! y la verdad esk no e pensado en rosalie cuando lo e exo nome e fijao asta aora la verdad

    ResponderEliminar
  3. dioss me encantaa sigue xikaa es xulisimo me as enganxado

    ResponderEliminar
  4. asiass x tu opinion se valoraaa muxoo

    ResponderEliminar